Al igual que la Sima, la Marfea fue utilizada durante los primeros meses de la Guerra Civil como lugar de ejecución para muchos canarios que simplemente defendían la legalidad democrática. De la misma manera, esto le confiere un alto valor simbólico. Pero éste también proviene de otro fenómeno de naturaleza muy distinta a la guerra, el deporte de la Vela Latina Canaria.
La Vela Latina: un factor de valor simbólico
Entre la Playa de La Laja y la Marfea hay un aparcamiento en el que suele haber coches, porque desde muy cerca del lugar, salen las regatas de vela latina, las cuales tienen bastantes afición. También hay coches de los visitantes de la playa de la Laja.
Desde la Marfea suelen salir las regatas de Vela Latina Canaria, que desde 1933 es considerada como deporte. En principio, la vela latina se concibió como una herramienta de trabajo y cuando las faenas lo permitían se convertían en desafíos y regatas.
En el enfrentamiento de las “REGATAS” entre dos o más embarcaciones, éstas realizan un recorrido que va desde el ya desaparecido túnel de La Laja (playa de La Laja) hasta el Bollón de La Campana (frente la playa de Las Alcaravaneras), resultando vencedor el bote que invierta menor tiempo.
Cabe destacar que ha sido insustituible hasta la aparición de los motores de propulsión de las embarcaciones. La Vela Latina ha estado siempre presente en Canarias en actividades como la pesca de altura, la pesca costera y el cambullón o el comercio libre entre las embarcaciones fondeadas en las proximidades del puerto. Y sin duda alguna, es un deporte muy conocido en toda Canarias, practicándose en las islas de Gran Canaria y Lanzarote.